
Adelgazar a todo costa ha pasado a la historia. Queremos estar fit, sí, pero no a cualquier precio. Hoy, en plena era wellness, en la de los alimentos orgánicos, sin aditivos y poco procesados, seguir una dieta saludable es el punto de partida para conseguir el cuerpo ideal sin perder un ápice de energía. El Dr. Leo Cerrud te cuenta cómo llevarla a cabo de una manera progresiva y coherente.
Dieta saludable para bajar de peso: así, sí
Lo primero es tiempo, hace falta tiempo. Si pretendes bajar unos kilos, las prisas no son buenas consejeras. Planea empezar meses antes de la operación bikini, o del momento que hayas escogido para ponerte a punto. Así no llegarán los agobios, las restricciones radicales y la consecuente frustración.
Lo siguiente es que consultes a un experto en nutrición, que te haga un estudio de bioimpedancia y determine qué tipo de plan es el que necesitas en función de tu constitución, tu peso y objetivos y tu estilo de vida.
Ve poco a poco, pero concienciado/a. Elegir la progresión es la única manera de dar pasos en firme a la hora de hacer una dieta saludable y equilibrada. Más vale ir bajando de talla más lentamente pero de forma segura, que de golpe y recuperarlo, porque entraríamos en el temido efecto rebote.
Alimentos para una dieta saludable
Esos que más te apetecen, probablemente sean aquellos que más te cueste dejar. Pero si adquieres el compromiso de seguir una dieta saludable para bajar de peso, en tu mente se grabará el término “reducción”: en la talla, en la cantidad de alimentos a los que llamamos “prohibidos”. Toma nota:
Azúcar: Hablamos del blanco, del añadido, y no del que contienen los alimentos (como la fruta, o los hidratos de carbono), que también habrá que vigilar, pero no reducir al mínimo. En una dieta mediterránea saludable, por ejemplo, el azúcar blanco no está en primera fila, y el postre del día a día suele basarse en fruta. ¿Recuerdas cómo comíamos hace 20 años? Pues parecido, pero limitando ese exceso de glucosa al que sí nos abandonábamos los fines de semana y fiestas de guardar: en función del tipo de régimen que sigas, podrás tomarlo ocasionalmente a temporadas.
Hidratos de carbono: Ojo, en general deben ser complejos, es decir, pasta, arroz y pan integral (la patata, menos), y tomarse en el desayuno e ir aligerando durante el día. Si optas por las tostadas en el desayuno, mejor de trigo completo, espelta o centeno.
Grasas, las buenas. A estas alturas ya es una obviedad, pero en los alimentos para una dieta saludable entran el aguacate, el aceite de oliva, el pescado azul y los frutos secos en mayor o menor medida, es decir, las grasas buenas. En cambio las malas, las procesadas, hay que dejarlas fuera.
Qué no hay que hacer
Nunca, nunca, hay que empezar sin tener un objetivo claro de cuántos kilos queremos perder, cómo queremos encontrarnos, cuánto tiempo nos marcamos y sobre todo, si estamos en “modo on” con el plan. Una dieta saludable y equilibrada jamás incluirá excesos con los dulces, ni siquiera con azúcares “de los sanos” (complejos) por la noche: así que ojo a los plátanos, el melón, el mango o las chirimoyas, porque son frutas, pero contienen una buena cantidad de ellos.
Tampoco se aceptan los alimentos procesados y las salsas elaboradas, porque contienen muchísima sal, que nos hace retener líquidos, y grasas que no son buenas y que además de engordar, aumentan la probabilidad de tener colesterol, entre otras patologías. ¿Alcohol? En algunas dietas está permitido esporádicamente, y no todos: el vino encabeza la lista de los “posibles”. Y cuidado con los refrescos, porque hinchan y podrían contener azúcares que ni sabíamos que tenían.
Dieta mediterránea saludable: consejos
Es aquella que es fiel a la original, antes de que llegaran las cadenas de comida rápida, la bollería industrial y los platos procesados. Mucha verdura, pescado, pollo, huevos, y menos carne de ternera, cordero o cerdo. Para los aliños, aceite de oliva virgen extra, y de postre, fruta. En realidad es la base de una dieta saludable y equilibrada autóctona, que huye de grasas saturadas y bebidas con gas más allá de la cerveza (en este caso, de manera esporádica), y que a la hora de bajar de talla supone cambiar los lácteos con grasa por los desnatados, y elegir las frutas ricas en agua y con menos azúcar: sandía, pomelo, kiwi y cítricos en general. Un consejo en una dieta mediterránea saludable: lo ideal es que elijas en el súper los productos de temporada.
Dieta proteica: cómo hacerla bien
Consumir proteínas de calidad como punto de partida para bajar de número en la báscula es una estupenda idea, pero es importante hacerlo bien o de lo contrario podría haber problemas renales o de salud, en general. El cuerpo, con la dieta proteica, entra en cetosis, pero debe hacerlo siguiendo unas pautas elaboradas por el experto en nutrición. Así que… ¡no la hagas por tu cuenta! Será una dieta saludable si capta las proteínas del pescado, el pavo, el pollo, los huevos y los lácteos desnatados, y moderada en frutos secos y legumbres.
Deporte en una dieta saludable
Sin él sentimos decirte que tu operación puesta a punto es un fracaso. Elige el que te guste, pero que sea aeróbico: correr, caminar rápido, hacer bicicleta, bailar, etc. Si dispones de tiempo bastarán 15 minutos al día, pero si no es el caso, ve reduciendo días y aumentando el tiempo hasta hacer ejercicio un mínimo de tres veces por semana durante aproximadamente una hora.
Además de estos consejos para seguir una dieta saludable, puedes acudir a la ayuda de profesionales y seguir tratamientos para perder peso si es que es tu objetivo, y además para llevar una alimentación equilibrada, que también es muy importante para la salud y el organismo.