Por culpa del envejecimiento, las mejillas suelen perder su grasa y la cara se aplana, algo que le sucede a ambos sexos. Tradicionalmente se ha creído que el relleno de pómulos y mejillas quedaba artificial, y así era hasta hace unos años en muchas ocasiones.
En cambio hoy en día, gracias a inductores de colágeno (como la hidroxiapatita cálcica) o de ácido hialurónico, se puede conseguir un resultado totalmente natural, capaz de reposicionar los rasgos, combatiendo así la flacidez de la cara
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¿En qué consiste el relleno de pómulos?
Se trata de infiltrar un material biocompatible en la zona de los pómulos o bien de las mejillas para recuperar la tensión y redefinir los rasgos. En ocasiones el relleno de mejillas se realiza con ácido hialurónico, un material del que dispone el propio organismo, que cuando es de alta densidad se utiliza a nivel profundo para el objetivo que hemos comentado. Otras veces, según el tipo de tejido y paciente, la sustancia elegida es la hidroxiapatita cálcica, un inductor de colágeno que añade menos volumen en pómulos y mejillas, formas menos redondeadas, pero consigue una mayor tensión. Es también un material biocompatible, y su efecto es progresivo, pues logra que se fabrique nuevo colágeno a partir de las 3 semanas.
¿Quién es el paciente ideal para el relleno de pómulos?
Ambos sexos son potenciales pacientes para el relleno con inductores de colágeno, porque la pérdida de elasticidad de los tejidos, la flacidez y la caída de los rasgos se produce en mujeres y en hombres.
La diferencia es que la piel masculina es más gruesa y la flacidez suele tardar un poco más. En el caso de los hombres, el relleno de mejillas o pómulos debe hacerse con especial cuidado para respetar la masculinidad y no enfatizar, sino simplemente recuperar la juventud.
¿En qué consiste la técnica de relleno de pómulos?
La infiltración de un relleno en pómulos o mejillas se realiza con jeringa, con o sin cánula (menor traumatismo, pero también menor precisión, a elección del profesional en función de cada caso), previa aplicación de anestesia tópica, que puede ser lidocaína y/o frío.
La técnica se lleva a cabo en unos 15 minutos, es totalmente ambulatoria, prácticamente indolora (puede ocasionar alguna leve molestia) y no suele ocasionar efectos secundarios, aparte de algún eventual hematoma o hinchazón las primeras horas. El paciente que ha optado por el relleno en mejillas o pómulos puede volver a su rutina al momento.